Desde luego parece un prisionero. Podría pensarse también en un simio que, desde su recinto de absoluta libertad (donde no escasean los plátanos), nos ve deambular -tristes humanos- al otro lado de las rejas que nos aprisionan. Pero todo me hace pensar en que, después de 86 largos y estudiosos años, el doctor Castilla aún no había encontrado ese "equilibrio interior" que, según la sabiduría popular, corona a los ancianos o a los estoicos. ¡Mal presagio para tí y para mí! ¿Moriremos pataleando?
Pepe, espero un comentario sobre esta fotografía. La mirada, las rejas...
ResponderEliminarDesde luego parece un prisionero.
ResponderEliminarPodría pensarse también en un simio que, desde su recinto de absoluta libertad (donde no escasean los plátanos), nos ve deambular -tristes humanos- al otro lado de las rejas que nos aprisionan.
Pero todo me hace pensar en que, después de 86 largos y estudiosos años, el doctor Castilla aún no había encontrado ese "equilibrio interior" que, según la sabiduría popular, corona a los ancianos o a los estoicos.
¡Mal presagio para tí y para mí! ¿Moriremos pataleando?
Durante 86 años se dedicó a buscar la verdad del ser humano, sólo para descubrir que no existía, que no se pueden traspasar las rejas.
ResponderEliminarO tal vez se encuentre fuera de las rejas mirando, triste, hacia el interior de la jaula.
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