JUAN JOSÉ MILLÁS 27/03/2009
Tan previsibles son que nos acaban de confirmar lo que sospechábamos: que de 350 diputados sólo 34 tienen dedicación exclusiva (el resto va cuando hay votaciones). Por lo visto, cuarenta y seis millones de ciudadanos no se merecen 350 representantes a jornada completa. Resulta que el escaño es una llave para abrir puertas, para sacarse un sobresueldo. Eso sí que es un escándalo, eso sí que merecería dos semanas de debate. Ahí tienen a Michavila forrándose, a Pizarro forrándose, a López-Amor forrándose, a Ángel Acebes forrándose... Comprende uno que les falte tiempo para construir nuestro bienestar, que (hablando de incompatibilidades) es incompatible con el suyo. ¿Pero ustedes conocen la situación? ¿Están al tanto de lo que nos pasa? ¿Tienen idea de lo que es el miedo a quedarse sin trabajo, el pánico a la cola del paro, el terror a que el cajero automático te devuelva la tarjeta de crédito? Ya está bien, coño, pónganse a trabajar.
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